Diario una mujer detective, detenida dos veces, madre de familia, periodista y pluscuamperfecta.
Caminábamos del brazo por el centro de Madrid, nuestros pasos nos llevaron hasta el Lago de la Casa de Campo en un paseo que queríamos hacer interminable, el sol se reflejaba a lo lejos en la fachada del Palacio de Oriente y contemplábamos el paisaje como si fuera la primera vez, fascinados por su color, envueltos en una orla especial estábamos los dos. Abrazados, muy abrazados como si necesitáramos estar más juntos que nunca, ser uno en dos y no separarnos jamás. Sentíamos la imperiosa necesidad de besarnos y nuestros labios se encontraban suavemente, nuestras miradas lo decían todo, seguíamos amándonos como el primer día, no, más aún, con un amor más profundo, sincero y leal. Te amo nos dijimos los dos a la vez y entonces entraron ellos, abrí los ojos al oir la cerradura y los números de Conde me levantaron del camastro y.......
Querido diario, perdona que haya empezado así pero la emoción aún me puede . Recién salida de la comisaria, recién puesta en libertad y sin cargos junto a mi holmes vuelco en tí, mientras mi madre hace la cena y mi , pedazo de mi llama a Bonilla, vuelco en ti, repito, el ensueño que tuve durante esta última detención y paso a contarte lo que sucedió.
!Ay diario! esta vez mi tono no puede ser como el de siempre, todavía tiemblo por lo que nos ha podido pasar por el empeño de Conde en colgarse medallas y cargarnos a nosotros a Pardo, sí ese que el pobre Leo disparara para salvar a Carmen y a un pantano echaran pero a flote saliera para nuestro mal, dando lugar a nuestra detención en la Plaza de los Frutos como autores del asesinato de este prohombre con más tachas que nombre.
Querido diario, perro ladrador poco mordedor dicen, pero Conde es de lo peor, el ladra y muerde a la menor ocasión pero la suerte estuvo conmigo, ladró pero no me mordió y sus ladridos no hicieron mella declarar contra mi holmes y de mi una confesión con las ganas se quedó, gracias a Inés que a tiempo llegó y a Conde rabiando dejó, compuesto pero sin confesión de ninguno de los dos .
!Ay diario! Si yo me salvé a mi holmes como aun Cristo le dejaron pero aqui en el sillón, entre llenos de y confesiones sus heridas voy curando y los dos muertos de ganas estamos de ver a nuestro niño, de y mimarlo, acostarlo y nosotros hacer el amor.
Querido diario, perdona que te deje ya, gracias por escuchar...mañana quizá más
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