La libreta de Daniel en travesía
a Venezuela
Año 1962 querida
Belén, creo que estamos a mayo pero no sabría decirte el día, todos los días se
confunden con la noche y despiertan con la esperanza de volver a verte un día,
de abrazarte de nuevo y gritar a todo el mundo Estoy vivo y quizá sea pronto,
la frontera con Venezuela no está lejos, aunque eso venimos diciendo ya
hace unos día y a ciencia cierta no sé nada.
Querida Belén no
quiero malgastar esta libreta que he conseguido, al menos en mi primer intento
de escribir con un lapicero de dibujo, que traza bien pero emborrece la letra,
con la historia de este país. Tu no lo puedes saber aunque quizá lo sientas en
tu corazón pero estoy bien y lo repito todos los días porque es la única forma
que tengo de llegar a ti. Cuando nos volvamos a ver quiero que la leas, yo ya
te imagino con ella en la mano, colocándote bien tus gafas y mirándome de reojo
con tu sonrisa que ilumina mis mañanas.
Cariño, me
imagino, si es que aún estás en Bogotá lo mal que lo estarás pasando. No creo
que el gobierno de Rojas Pinilla te esté ayudando, sería hasta un milagro que
te dejaran en paz. Fueron sus hombres aunque no llevaran uniforme. La ropa de
campesinos no podían disimular su altanera forma de hablar pero eso lo dejo
para otro día.
Mi amada Belén,
la luz del día ya se ha ido y la vela que me alumbra se está agotando. No sabes
lo difícil que es conseguir aqui, en este pequeño poblado en el que he
recalado, en mi huída hacia Venezuela y dónde, en la escuela abandonada he
encontrado la libreta en la que plasmo estas palabras, velas u otros utensilios
para alumbrar.
Perdona mi amor,
he dicho que no quería contarte penurias hoy sino recordar nuestra llegada a
Bogotá, nuestras ilusiones en la fundación de la Ciudad de los Muchachos,
ilusión que al final te contagié y en nuestra despedida de tan solo una semana
de ausencia. Llevo tus besos conmigo, el calor de tu mano acariciando mi
mejilla sigo sintiéndolo aunque no estés a mi lado. Te echo mucho de menos y le
pido al Señor en quien sabes que sigo creyendo aunque no en su iglesia tal y
como yo la conocí, que te bendiga y te cuide.
Yo no estoy solo
en esta andadura, créeme mi amor, me acompaña un hombre que me recuerda a
alguien que pasó por la Plaza de los Frutos pero eso lo dejo para otro día.
Buenas noches mi
amor, te quiero y pienso en ti a todas horas.
2
Mayo del 62, a
orillas del Guaviare.
Querida Belén,
buenas tardes de nuevo o quizás debiera decir buenas noches pues a esta hora,
cuando ya empieza a anochecer, cuando hacemos un alto en el camino para
descansar, comer algo, lo que buenamente nos dan los campesinos que encontramos
en nuestro caminar, lo que cazamos o lo que pescamos en otras ocasiones, es
cuando retomo la libreta y te cuento mis cosas apurando las últimas horas del
día, que por aquí anochece bien temprano.
Amada Belén, ya
estamos en la provincia de Guaviare, en la humilde casa de una familia de
campesinos que conocen a Macias, mi compañero en esta andadura. Ahora solo
tenemos que seguir el curso del río hasta llegar a Venezuela. Comencé a
escribirte en una aldea de la provincia de Meta, en una aldea casi desierta por
las incursiones de los hombres de Rojas y la abandonamos hace dos días.
Desgraciadamente la lluvia se empeñó en acompañarnos por la tarde, hasta hoy, y
me ha impedido reecontrarme contigo sobre el papel muy a mi pesar.
Mi amor, no
quiero cansarte con estas cosas pero sé que te enfadarías conmigo si no te lo
contara. La provincia de Meta está revuelta, aunque menos que Tolima donde nos
apresaron y que en otro momento te contaré, como fuere hemos tenido que
evitar las aldeas y pernoctar al aire libre. No pienses querida Belén, adorada
Belén aún más en la distancia, que el pasar noches a la interperie, guarecidos
con una lona, sentados al respaldo de un árbol, quemando hojas para secarnos un
poco, sea algo que no pueda sobrellevar, no mi amor, no, lo que me preocupaba,
lo que me apenaba era que no podía coger mi libreta por miedo a que se mojara y
quedarme sin el medio para plasmar todo mi amor por ti.
Muy querida y
añorada Belén, mi compañero me ha conseguido un bolígrafo asi que ahora mi
letra será más legible y esta noche, cuando los último rayos de luz se despidan
no tendré que finalizar estas líneas, no mi amor, a mi vera tengo un
quinqué de petróleo y puedo permitirme el lujo de quedarme un poquito más
a tu lado para contarte mi último sueño que merece línea aparte.
Otras luces, de
bombillas de colores, bailaban al son de un organillo con música de chotis y si
en verdad, la verbenilla que preparó Pelayo fue de día, en mi sueño era de
noche y la alegría llenaba la plaza. Te tenía entre mis brazos, vestida de
chulapa más guapa que Casta y Susana juntas, éramos el centro de todas las
miradas pero eso no nos impedía el besarnos intensamente como dos hambrientos
ávidos de calor, de locura y llenos de pasión. Éramos el centro de todas las
miradas pero a nosotros nos daba lo mismo, no veíamos nada, no oíamos nada y ni
cuenta nos dimos de que la música había acabado y Pelayo nuestros nombres decía, al tiempo que las copas llenaba para brindar por mi vuelta a casa. Entonces
desperté Belén, mi amada Belén, repitiendo tu nombre y mi compañero me contó
que mi sueño tenía todos los signos del devenir que nos espera, que los
campesinos saben que los sueños no son sueños sino presagios del futuro y el
nuestro es estar juntos otra vez.
Mi amada Belén,
te quiero cada día más y si Dios me lo permite y el tiempo también mañana
continuaré. Buenas noches mi amor.
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Junio del 62. Pasado la ciudad de
Charras en Guaviare.
Mi querida Belén, el mes de mayo ha
pasado sin enterarme pero a partir de hoy el calendario vuelve a mi vida y
quiero ya señalar en rojo el día de nuestro encuentro, el día en que te tendré
de nuevo en mis brazos y podamos continuar la segunda parte de esta libreta
juntos. Hoy hemos llegado a la ciudad de Charras,ya sé que el nombre no te dirá
nada pero está a orillas del río Guaviare. En una visita fugaz a un local he
podido ojear un periódico y me he sorprendido al ver la fecha 5 de junio de
1962 ¡Ya casi dos meses sin verte! Dos meses en los que llevarás pensando qué
es lo que me ha pasado y si acaso esté muerto pero ya falta menos para que te
pueda dar la buena nueva, cuando escuches mi voz, porque es lo primero que voy
hacer cuando lleguemos a San Fernnado de Atabapa, ya en Venezuela, destino
final de este viaje.
Añorada Belén, ahora te escribo desde
un poblado más pequeño, pasada la ciudad de Charras. De nuevo estamos en el
hogar de otro campesino amigo de Macias y la frontera con Venezuela ya casi se
huele. Amada Belén no sé cuanto kilómetros faltan pero tu rostro, enmarcado en
mi memoria me da fuerza para seguir avanzando y ahora más que nunca. Si hasta
aqui la ruta no fue fácil a partir de hora la vía será diferente. Nos
adentramos en la selva amazónica y los caminos se acaban, los senderos escasean
y el peligro aumenta. No temas mi amor, Macia sabe lo que se hace, no es la
primera vez que emprende este viaje y en canoa proseguiremos el
camino hasta cerca de la frontera.
Amada Belén tengo que hablarte de
Macias y de lo que pasó en Tolima pero no sé por dónde empezar. Tengo miedo de
comenzar y abrumarte con todo lo sucedido, sobre todo porque quiero que esta
libreta sea un canto a mi amor por ti, un homenaje a la mujer que llena mis
días y a la que valientemente me deseó suerte al despedirnos en Bogotá, sin
quejarse por los días que iba a estar sola o el peligro que podía correr.
Belén, mi amor, sabes que mi destino
era Popayán, en el departamento de Cauca, que yo me instalaría
primero y luego te haría llamar pero nunca imaginé que viviera tal aventura y
que ésta te fuera a tener tan en vilo como presiento aunque, como ya te
relataré más abajo, algo me dice ya has encontrado la paz sin
olvidarme.
Cariño, como te decía, perdona
si desvarío, desgraciadamente, cuando ya no faltaba mucho para
entrar en la provincia de Cauca un grupo armado, sin uniforme pero con
claros signos de ser hombres de Rojas, paró la vieja camioneta en la
que iba junto con los 6 jóvenes que me acompañaban. Nos hicieron bajar a golpes
de fusiles, desguazaron la camioneta y nos subieron a un camión sin darnos
explicaciones. No habrían pasado ni veinte minutos cuando el camión fue
sorprendido por un grupo de campesinos con Macias a la cabeza. Los hombres de
Rojas abrieron fuego primero, los otros contestaron de la misma forma y en el
tiroteo perecieron dos hombres de Rojas y algunos de Macias. Sus
hombres se encargaron de los jóvenes y de los rehenes. Mi suerte fue otra.
Macias, al ver mi pasaporte y enterarse de mi destino decidió que no podíamos
continuar camino a Popoyán. El ejército de Rojas no tardaría en dar conmigo y
pedirme cuentas de lo que había pasado. Dejé pues documentación y el anillo,
éste con todo el dolor de mi corazón, junto a unos de los caídos y
muté su ropa por la mía.
Amor no te asustes, es un buen hombre
obligado por las circunstancias a coger las armas para ayudar a los campesinos
y ya te contaré más de él asi como de la resistencia de Marquetalia pero
por hoy no, vale ya de hablar de conflictos, prefiero seguir con mis
sueños, lo despiertos y los que tengo dormido. ¿ Sabes? cada vez son más
dulces, más esperanzadores y todos los amaneceres
me sorprenden repitiendo tu nombre, con cara de panoli, bueno de
pendejo, ( aqui significa tonto, bobo) según Macias que es quien me despierta y
los interpreta, siguiendo no sé que tradición que le enseñó su abuela,
tranquila pues, no tiene nada de freudiano, aunque sí es
un hombre instruido, pero sus
orígenes indígenas siguen estando muy presentes.
Amada Belén quería contarte mi último
sueño y presagio que confirma nuestro reencuentro, según mi compañero, asi como
tu estadía ya en Madrid pero no va a poder ser, te lo debo, mañana mismo
comienzo con el sueño, ahora tengo que guardar la libreta, la sopa humeante que
me recuerda a la del cocido tan sabroso que tu haces, ya está sobre la mesa. Ni
garbanzos, ni jamón ni chorizo, una tortilla de frijoles y la sopa con migas de
pan es todo el ágape que esta buena gente puede ofrecernos.
Buenas noches mi amor.
4
6 de junio del 62. En canoa por el río
Querida Belén, como te decía anoche te debo un sueño y
es lo primero que quiero escribir hoy. No sé que tipo de vibraciones recibo
o si es mi deseo de que tú estés a salvo, en Madrid, en la Plaza de
los frutos, junto a nuestros amigos, lo que reproduce mi mente cuando estoy dormido, pero sea lo que sea te he visto pasear por ella. Tu cara, tu preciosa cara, era siempre
nítida pero el resto, al igual que tus tus ida y venidas de la plaza a un sitio que desconozco,
no tenían la misma luz, era todo más difuso , como el contorno de una nebulosa flotando en el espacio y no obstante, te veía hablar con alguien, con expresión bien serena y un fondo cubierto de patrones, telas, agujas y tijeras. Quise
despertarme, pero no podía, algo me retenía pese al miedo que me daban las
tijeras, era como si estuvieses cortando tu pasado conmigo pero entonces oí que
me nombrabas con cariño, que hablabas de mi y mi mano se posó sobre tu hombro y
dije tu nombre con dulzura, bajito primero, luego en un tono más alto cuando
volví a oír mi nombre y sentí una mano, pero ya no eras tú, era
Macias quien lo decía, quien me despertaba e interpretó el sueño de forma
diferente. Las tijeras habían cortado nuestro presente pero las agujas
hilvanaban nuestro futuro en espera de la vuelta, del remate final y lo
más importante era que tú estabas a salvo, ocupada para mitigar mi ausencia pero
sin olvidarme.
Querida Belén, dirás que la selva me está trastocando
la cabeza por creer a Macias pero sus palabras me confortan, me hacen bien y
hoy, mientras la canoa se deslizaba sobre el río, buscando una orilla para
descansar, he vuelto a revivir el sueño, esta vez despierto y creo que tiene
razón ¿ por qué si no mis sueños son ahora más sosegados y te veo en la plaza?
Amada Belén, debemos volver a la canoa, proseguir con
nuestro viaje que aún es largo. No podemos avanzar tanto como quisiéramos. Con
las primeras luz del día navegamos, las aguas están entonces más tranquilas y
apenas se ven algunas barcas y a media mañana paramos. Macias no quiere navegar
hasta dos horas antes de que el sol se ponga, dice que es más seguro, que los
hombres de Rojas están en todas partes, también en el río con sus lanchas y es
mejor no toparnos con ellas. Las paradas nos roban tiempo pero me permite
conocer esta parte amazónica de Colombia y contemplar algunas aves como la
guacamaya que nunca antes había visto, aunque sí otros loros y de paso, pasar
más tiempo junto a ti através de mi libreta.
Querida Belén te nombré Marquetalia y te dije que te
hablaría de ella. En realidad yo no sé mucho, antes de venir a Colombia pensaba
que sabía bastante sobre este país pero hay cosas que no salen en los
periódicos y que solo se conocen cuando te metes de lleno en ellas. Me
acuerdo de cuando te hablaba del Pozo. Tu sabias que existía pero no te podías
imaginar como era ni como eran sus gentes. Mis historias y la llegada de Dorita
te acercó un poco más a este lugar aunque nunca hayas ido, pues lo mismo me
pasa a mi ahora con Marquetalia, Macias me la trae, me la describe y me la
presenta.
Amada Belén, un poquito de historia reciente, pero
solo un poquito para no aburrirte. En un municipio del departamento de Tolima,
se refugiaron los campesinos descontentos con el nuevo regimen que salió tras
los años de la llamada “ época de la Violencia” que duró hasta finales de los
50. En este departamento y en el de Meta los industriales despojaron a los
campesinos de sus tierras y estos se refugiaron en el municipio de Planadas.
Hasta 1961, poco controlado por el ejército, pero desde finales del año
pasado el estado les está cercando, están dispuesto a limpiar de una vez por toda esta zona
y reducir por la fuerza a los guerrilleros campesinos que abrazan el
comunismo. Ni que decir tiene que ellos no están dispuestos a entregar las
armas y cada vez es mayor el número de campesinos en esa zona, que aún no
sabiendo lo que es el comunismo, se unen al grupo porque sí saben lo que es que les quiten sus tierras sin compensación alguna y sin derecho, por eso Belén, la simpatía por el grupo del amigo de Macias está aumentando. Aunque él no
está, del todo convencido de que este es el camino, seguirá apoyando y colaborando con su amigo y a otro camarada porque no hay otra salida y cuando
lleguemos a Venezuela participará en una reunión para hablar del futuro del
grupo, habida cuenta de que el ejército cada vez les está cercando más.
Querida Belén, Macias no quiere la lucha armada, su alma
es más de poeta que de revolucionario o guerrillero y tengo con él
conversaciones teológicas muy interesantes. Su pregunta clave es ¿
cómo ser cristiano en un continente oprimido?¿ Cómo hacer para que la fe sea
liberadora en vez de opresora?.Tiene mil preguntas y yo no tengo respuestas para
tanta injusticia como hay en la tierra.
Mi amor, no te inquietes, no me he vuelto comunistas
aunque simpatice con ellos. Ya sabes cual es mi labor, ayudar a paliar con
humildad a los más necesitados sin preguntar qué religión o que ideología tienen.
Esto queríamos hacer en Popoyán, en la nueva ciudad de los muchachos. Yo ya
no podré, pero vendrán otros que si puedan y recogerán a estos hijos de
campesinos que se quedan huérfanos por las armas del ejército y a los que se
quedan igualmente huérfanos por otras causas.
Amada Belén, termino por hoy, recibe todo mi amor y
siente los besos que tengo en mente como si estuviéramos juntos. Te amo.
5
22 de junio. Puerto de
La cruz. Venezuela
Querida Belén, ya ves
que no pude cumplir mi promesa de llamarte en cuanto entrara en Venezuela y que
mi libreta ha enmudecido hasta el día de hoy. Tuvimos problemas en el río, pese
a nuestras precauciones nos topamos con una lancha del ejército pero no quiero
darte muchos detalles, ya te lo contaré personalmente cuando llegue el momento.
Como fuere nos vimos obligados a caminar por senderos intransitables pero lo
conseguimos. Exhaustos y con apenas nada que llevarnos la boca pero
sobrevivimos y los amigos de Macias, al otro lado de la frontera nos cuidaron.
Amada Belén, estuve unos
días fuera de este mundo, no te asustes, no estaba enfermo pero mi cuerpo
necesitaba dormir y durmió más de 48 horas y perdóname, pero no recuerdo haber
soñado contigo durante esos días, sí en nuestro peregrinar por la selva pero la
humedad, la sed y el hambre no me dejaban coger mi libreta, mi mano no atinaba
a escribir las letras pero me alimenté de tus recuerdos, de nuestras escapadas
a nuestra alcoba en medio del día, reviví nuestra boda junto a Inés y Mauro y
también me acordé de ellos, de Alicia y Fernando, de Asun y Héctor, de Pelayo,
Manolita, Marcelino, creo que a todo lo pasé revista durante estos
interminables días y al llegar, el vacío, el dormir como un lirón para
despertar como nuevo.
Cariño, dentro de unas
horas me embarco ¡por fin regreso a España!, la diócesis de Barcelona, aqui en
Venezuela se ha encargado de mis papeles y el billete. No me preguntes como ha
sido posible el milagro sobre todo teniendo en cuenta que fue idea de Macias.
Me ha prometido que te llamará cuando el barco haya zarpado asi que no te
caigas de espaldas cuando te comunique la buena nueva pero eso sí, espero que
sigas sus instrucciones y no digas nada a nadie hasta que no recibas mi
telegrama desde Cádiz dentro de unas semanas.
Amada Belén, me temo que
durante el viaje poco voy a escribir, ya sabes que mi estómago lleva mal el mar
y su oleaje. Ya me veo retenido en mi camarote pero no me importa porque sé que
nuestro abrazo cada vez está más cerca y juntos continuaremos esta libreta, una
segunda parte llena de luz, de ilusión y de nuevos proyectos en común.
Belén, vida mía, gracias
por haber sido mi guía en los momentos más difíciles, ya ves, mientras escribo
estas líneas se me escapan las lágrimas y acabo de hacer un borrón, perdón
cariño, la emoción me puede, voy a volver a verte en unas semanas y aún no me lo creo.
Me temo que ya tengo que
finalizar estas líneas, mi amor, Macías viene a buscarme, tiene un carro
esperando para llevarme al puerto. Mil besos mi amor, te amo, soy todo tuyo y
nunca más me iré sin ti. Fuerza cariño, hasta muy pronto.
Gracias a las que habéis leído esta libreta y ahora a esperar a que Daniel regrese a la serie en breve y a ver si su versión, coincide en algo, que lo dudo.
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